Se trata de un juego por parejas que se puede jugar
sentados tranquilamente en el suelo o en un banco de la plaza. Necesitaremos un
tablero, que puede ser pintado a lápiz sobre un papel o bien en el mismo suelo
con tiza o con el canto de un ladrillo. También necesitaremos tres fichas por
jugador. Las fichas pueden ser piedras, trozos de madera, bolitas de papel,
monedas, garbanzos, lentejas o cualquier cosa que nos pueda servir.
El juego comienza
cuando un jugador coloca una de sus fichas en una de las intersecciones de las
líneas o en el centro. El turno pasa al otro jugador que coloca una de sus
fichas. Así iran colocando los dos jugadores, de forma alternativa, las tres
fichas, intentando colocarlas "en línea" o "las tres en
raya". Esto puede ser de forma lateral o bien pasando por el centro del
tablero.
Cuando todas las fichas están sobre el tablero, el
jugador al que le toca mover desplaza una de sus fichas a un lugar contiguo y
libre. Así iran moviendo las fichas hasta que alguno de los jugadores consigue
colocar sus tres fichas "en raya" y gana el juego. Se retiran las
fichas del tablero y se comienza de nuevo a jugar.
Este juego es ideal para poder realizarlo tanto en casa como fuera de ella, nuestros niños podran jugar con un tablero diferente al tradicional juego "Tres en rayas". Por lo tanto, me parece un recurso muy útil para fomentar la imaginación de nuestros niños, con juegos tan sencillos como este, podran socializarse más que con cualquier videojuego.
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